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viernes, 25 de diciembre de 2009

La doncella y el vampiro




-Vi como la luz del amanecer se ocultaba, entre nubes de lluvia. Había desaparecido la luz de mi corazón, sentí la pena recorriendo mi cuerpo como poco a poco iba cayendo en las garras del mal, tuve una sed repentina…

- ¿De qué?
-De sangre. Notaba como mi cuerpo se abrasaba, mis manos temblaban y mis ojos no soportaban la luz del sol, pues me quemaba como si fuera fuego… o hielo.
Necesitaba morder la carne humana, el cuello de cualquier persona, joven o viejo, atravesar con mis afilados colmillos los pocos centímetros que me separaban de mi descanso…
-Y ¿Qué sucedió?
-Había un problema…
-¿Cual?
-Era de noche, las calles se encontraban vacías y solitarias, descansaban en paz los humanos y con ellos su sangre.
-Sabía que irrumpir en una casa me podría causar serios problemas…
-¿Qué tipos de problemas?
-La hoguera y en fin la muerte. Pero la suerte y la esperanza corrieron a buscarme en forma de alguacil. Corría hacia mí un hombre gordo y fornido. En sus regordetas manos se balanceaba alocadamente un candil con una pálida llama.
Cuándo grito su voz sonó sin fuerza y aterrada: “¿Quién hay ahí?”, susurro tímidamente.- Una fuerte carcajada afloró a los labios del vampiro
-¿Y que hiciste?
-Me escondí detrás de unos arbustos, haciendo ruido, como si fuera un pobre animal asustado. Y así cuando se acercara solo tendría que saltar para….
-Comprendo-susurró aterrada la doncella
-Y ahora ya sabes mi historia.
Las manos del vampiro se aferraron fuertemente a las de la chica, y ella alzo la vista aterrada y temerosa para lo peor. Una fría sonrisa se dibujó en los labios de él, dejando al descubierto sus afilados colmillos.
Comenzó a agachar su cabeza hacia la aterrada doncella que susurró:
-No por favor.- El vampiro alzó la cabeza posando sus ojos enmascarados en los de la chica.
Soltó una de sus manos y la posó en la mascara que cubría los ojos de la doncella y retirándola delicadamente la estrello contra una de las paredes de la habitación.
Deslizo su mano por el pelo de la chica, siguiendo las ondulaciones desde la raíz hasta la cintura. Y cuando sus manos se hallaban alrededor de sus finas caderas, la apretó contra si y cerrando los ojos agacho su rostro presionando lentamente los labios de Sura que al igual que el cerro los ojos, y alzándose en sus pies devolvió el beso al vampiro.

1 comentario:

  1. espero que os gusten los vampiros y este relato en especial...jeje tranquilos no esta sacado de "CREPUSCULO" ni nada por el estilo... solo me recree en un dibujo de VICTORIA FRANCES JEJEJE.....

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