Powered By Blogger

sábado, 2 de enero de 2010

TRIBUTO : AMADEUS MOZART

Deje que mis manos revolotearan por las teclas del piano, como si acariciaran una dulce flor, mis sentidos se intensificaron, y aunque mis ojos estaban vendados por una gruesa venda en mi mente podía ver las teclas y mis dedos acariciándolas.
Deje que la música fluyera por mis oídos y que se fundiera en el aire de la lujosa habitación, donde mi padre me había llevado.
Escuchaba sin entender muy bien, los murmullos de asombro de la gente que me rodeaba y todo terminó, los aplausos estallaron en la habitación mientras que una gran sonrisa se adueñaba de mi rostro.

No hay comentarios:

Publicar un comentario